Desde hace ya casi diez años, la toxina botulínica, más conocida como bótox, se instaló en nuestras vidas para convertirse en uno de los tratamientos más comunes para reducir las arrugas y rellenar zonas de nuestro rostro. Ahora, el bótox ha llegado hasta el cabello.
El bótox para el cabello es un tratamiento que consigue devolverle al pelo su brillo natural. Aunque es conocido como Hair Botox, la realidad es que no contiene esta toxina, sino que se trata de una mezcla de vitaminas (D, B6 y pantenol), proteínas y aminoácidos, que ayudará a hidratar, suavizar y nutrir el pelo dañado por la coloración, el cloro o el calor.
¡Está recomendado para todo tipo de cabellos! Reduce el encrespamiento en los cabellos rizados, aporta volumen y fuerza en los débiles y facilita el peinado en el pelo liso. Es decir, rejuvenece la melena tal y como lo haría el bótox y, al contener únicamente ingredientes naturales, no nos enfrentamos a los temidos efectos secundarios.
¿Y en qué consiste el tratamiento? Tras lavar el cabello con un champú que elimine todos los residuos, se procede a aplicar el producto y se deja actuar durante 20 minutos. Después, se vuelve a lavar el pelo y, tras sacarlo, se sella con la plancha para que los ingredientes penetren en el pelo.
El precio ronda los 45 euros la sesión. En cuanto a los resultados, son visibles al momento y tienen una duración de tres meses aproximadamente, si bien es cierto que su prolongación hasta los 3 meses requiere de un champú libre de sal, sulfatos y parabenos, te recomendamos el champú de la gama de Integrity o Argán